La gobernadora Maru Campos se reunió en secreto con Fernando Gómez-Mont, exsecretario de gobernación de Felipe Calderón y con Diódoro Carrasco, exsecretario de gobernación de Ernesto Zedillo.
Se quisieron hacer los que nada pasaba, pero fueron sorprendidos por los reporteros de la fuente y no pudieron ocultar su reunión, pero por obvias razones se reservaron sus comentarios, incluso Maru Campos se limitó a bromear que sólo estaban platicando.
Entre la gente de Maru se dijo que los políticos veteranos vinieron a Chihuahua a asesorar sobre el tema de la inseguridad, pues saben que Maru no ha dado el ancho con la bronca y anda buscando apoyo y asesoría por todos lados.
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Conmigo no vinieron, dijo César Jáuregui, sobre la gente de Satevó que llegó al Palacio de Gobierno a reclamar lo que se les prometió y no se les cumplió.
Hay de dos sopas, o César Jáuregui miente o no le están llegando las noticias, pues la gente llegó, se manifestó y fueron atendidos directamente por Daniel Prieto, el particular de César Jáuregui, quien les aseguró que el secretario ya estaba enterado y que les iban a resolver.
Ahora Jáuregui dice que ni cuenta se había dado de la bronca, entonces ya no se sabe qué es lo que está pasando, pero de que alguien miente, alguien miente.
Por cierto, la bronca se le puede agradecer a Pavel Aguilar, el segundo al mando de Luis Serrato, quien al parecer fue el que se puso aprometer sin poder cumplir, justo como acostumbra.
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La otra bronca que está por estallar, es la de la Guardia Nacional, pues los chihuahuenses no olvidan lo de Jessica Silva y Jaime Torres, y ahora salen con otros dos acribillados a mansalva.
Lo peor del asunto es que ni Maru Campos ni el fiscal Roberto Fierro, han querido meter las manos en el asunto y todo indica que era dos chavos que no andaban en la malandreada y aún así fueron asesinados por la Guardia Nacional.
El mensaje es claro, la Guardia Nacional de Andrés Manuel López Obrador, puede llegar a asesinar chihuahuenses y nadie hará nada, pues ya se hizo la prueba con Javier Corral y las cosas siguieron como si nada hubiera pasado.
