Cómo ya se esperaba, una vez que la transota de los uniformes de los Colegio de Bachilleres fue descubierta, se querían hacer ricos, el primero en pagar los platos rotos fue el director general Marco Licón, pues por nada del mundo la gobernadora iba a permitir que la embarraran en ese acuerdo millonario fallido.
Primero fue el jefe Jáuregui, quien anunció que se llegaría al diálogo con los padres de familia que no pudieran costear el precio de los uniformes, el cual era de 2,300 pesos, y luego la gobernadora Maru Campos, confirmó que la obligatoriedad sería eliminada, y hasta dijo que a los padres que ya lo hubieran comprado se les reembolsaría el dinero en caso de que así lo solicitaran.
De pasadita, subrayó que se iban a tomar cartas en el asunto, y a quienes se les ocurrió la maravillosa idea de llenarse la bolsa de lana, vendiendo miles de paquetes de uniformes, serían despedidos, y claro, fue Marco Licón la primera víctima.
Se sabe que el coordinador del gabinete de Maru, el sonorense Luis Serrato, había metido las manos ahí para beneficiar a una empresa apegada a él, pero ya sabemos que ese tema se quedará por la paz, y Serrato seguirá gozando de sus privilegios en Palacio.
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Como se anunció en este espacio de opinión, Nachito Dávila, fue presentado en sociedad por el alcalde Marco Bonilla, como el nuevo coordinador de Comunicación Social de la Presidencia Municipal, tras la salida de Jorge Franco.
El nombramiento de Dávila no sorprende, pero sí deja ver la ruptura que hay con el Gobierno del Estado, pues ahora sí que sin miedo al éxito, Marco Bonilla aprovechó que en el Palacio de Gobierno no se le estaba dando un trato digno a Nacho Dávila, y lo jaló para su corral.
La duda es ¿ahora qué va a hacer Adriana Ruíz? Pues es de todos sabido que Nacho Dávila era su pilar para la solución de problemas, que de por sí, son demasiados al interior de la descomunicación social de Maru Campos.
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Quien se vio sorprendido por la encuesta sobre los posibles futuros senadores por Chihuahua, fue el jefe César Jáuregui Moreno, quien salió en la lista como una de las propuestas viables para ocupar un espacio en la Cámara alta del Congreso de la Unión.
No tardó mucho en dejar muy claro que su prioridad es su encargo como secretario general de Gobierno, y descartó cualquier interés por contender por una senaduría.
A su estilo simple e irónico a la vez, sonrió y dejó claro que no le interesaban esas encuestas, y hasta dijo que nisiquiera le habían preguntado, por lo que desestimó cualquier propuesta que en esa lista hubiera aparecido.
Seguramente es uno de los acuerdos a los que llegó con la gobernadora, pues nadie puede imaginarse una administración comandara por Maru Campos sin su pilar más fuerte que es César Jáuregui.
