Perfiles de alta demanda no se desarrollan por poca capacitación y salarios bajos

La demanda de talento especializado es una necesidad que tiene el mercado y la fuerza laboral ya se dio cuenta de esto. En el mundo y, en México no es la excepción, las personas trabajadoras están conscientes de la importancia que tiene la capacitación para desarrollar competencias de alta demanda, pero esperan que esta formación les permita acceder a mejores roles e ingresos en el mercado laboral.

“Aquellos trabajadores que sienten que tienen menos herramientas y habilidades para desarrollar su trabajo, son aquéllos que se sienten menos empoderados para pedir un aumento de sueldo o un cambio en sus planes de trabajo, se sienten menos empoderados para hablar con su jefe sobre su futuro profesional”, apunta Carlos Zegarra, socio líder de Management Consulting de PwC México.

De acuerdo con la encuesta Esperanzas y temores de la fuerza laboral al menos 5 de cada 10 trabajadores a nivel global reconoce que su trabajo requiere de una formación especializada, este grupo es el más propenso a solicitar un aumento de sueldo o un ascenso.

Sin embargo, el desarrollo de competencias de alta demanda y la percepción de mejoría de las condiciones laborales de la mano de la formación pueden ser un arma de doble filo, advierte Carlos Zegarra. El peso que la fuerza laboral le está dando a la capacitación especializada requiere que las empresas evalúen en primera instancia su estrategia de formación y, por otra parte, la capacidad de movilidad interna.

“La estrategia de capacitación del personal no puede ir en forma aislada, tú tienes que hacerlo por una razón y no sólo por retener colaboradores. La formación tiene que generarse porque quieres transformar algo en tu negocio. Primero tienes que crear los cambios en el modelo operativo y ahí definir hacia dónde va la capacitación, de esa manera tendrás los roles listos esperando para cuando las personas tengan las competencias adecuadas, no al revés”, subraya el especialista.

En ese sentido, Carlos Zegarra puntualiza que uno de los errores más frecuentes en la formación especializada es desarrollar en la fuerza laboral competencias que realmente el modelo de negocio no requiere, lo que provoca un choque con las expectativas que tienen las personas en torno a la capacitación.

Otra percepción positiva sobre las competencias de alta demanda, es que los colaboradores que consideran importante la capacitación especializada son más propensos a recomendar la empresa como un buen lugar para trabajar.

“Se ha pensado mal que una herramienta de retención es no desarrollar al personal, pero es todo lo contrario, la razón principal para quedarse en un trabajo es sentir que mis actividades tienen una aportación y es significativa, pero para que yo sienta eso debo tener habilidades y herramientas. Se trata de generar una cultura de trabajo que incentive el desarrollo continuo de las personas”, apunta.

Sin embargo, a pesar de la importancia en torno al desarrollo de competencias de alta demanda, las empresas no están invirtiendo lo suficiente para dotar a su personal con las habilidades necesarias para enfrentar los nuevos desafíos.

“Más de un tercio de los trabajadores mexicanos coinciden que el mercado laboral del país no tiene la fuerza laboral lista para desarrollar los nuevos roles que tienen sus empresas. Pero el nivel de inversión que están teniendo las empresas mexicanas para desarrollar a sus trabajadores tiene una brecha con lo que está pasando a nivel global. Creemos que esta brecha se está dando por la falta de visión de los objetivos que se quieren alcanzar en las organizaciones”, señala Carlos Zegarra.

Hablar de política y problemas sociales es positivo

Aunque conversar en el trabajo sobre las próximas elecciones, el trabajo de los legisladores o problemas sociales pueda percibirse como algo negativo que genere polarización entre los grupos de trabajo, el 83% de los trabajadores en México que ha tenido este diálogo con sus colegas de oficina reportó una consecuencia positiva.

Rompiendo mitos, las personas que han conversado en el trabajo sobre temas políticos y sociales consideran que esto les ha permitido entender sus compañeros de trabajo, crear un entorno más abierto e incluyente, generar más confianza para compartir puntos de vista y aumentar la empatía.

“Estos debates se están produciendo a pesar de los escasos esfuerzos activos por parte de las organizaciones para facilitarlos. Sólo el 30% de los empleados dijo que su empresa brinda apoyo para trabajar de manera efectiva con personas que comparten diferentes puntos de vista”, indica PwC en su encuesta.

La firma puntualiza que fortalecer estas conversaciones, que no son sencillas, representa un área de oportunidad para mejorar la relación al interior de los equipos de trabajo y en esta estrategia los líderes pueden apoyar con el establecimiento de normas, ofrecer recursos y garantizar que el debate se lleve a cabo en entornos seguros y sin prejuicios.

Con información de El Economista