La gobernadora María Eugenia Campos, se pudo ver muy nerviosa cuando se le preguntó sobre la visita del presidente López Obrador, a la comunidad de Urique; Campos Galván sabe que será invitada, pero por el propio Juan Carlos Loera.
Por cierto, Juan Carlos Loera ya se encuentra instalado en Urique, porque sabe que la yuca ya le cayó, y deberá tener todo en orden, lo que resultará difícil por el hecho de que es una zona olvidada por la Cuarta transformación.
Tampoco se puede ignorar que la gobernadora Maru Campos, se ha visto cansada y enferma en todos los eventos, y es que, su gran preocupación se llama César D., porque las mismas pruebas en contra del exgobernador y en la misma carpeta de investigación, sale embarrada ella, y porque el evento lo hizo estratégicamente el presidente Obrador para dejarla fuera de la jugada.
Incluso, en el evento de la inauguración de los laboratorios de Ciencia y Tecnología, casi pierde el control, y fue su mamá, Maru Galván Antillón, quien tuvo que detenerla.
Esta no es la mejor imagen que puede mostrar para la presidencial, porque si no puede con la chamba de la gubernatura, menos lo hará con el peso que conlleva una presidencia de la República.
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Ariel Fernández, el niño operador del PRI y del PVEM, no le bastó con el ridículo que hizo durante su incursión electoral por la dirigencia estatal del PRI.
Pobre iluso, pues ahora, no sólo perdió la dirigencia, sino que tuvo que aceptar el premio humillante de consolación, es decir, la secretaría del partido; pobre sujeto, ya se acostumbró a levantar migajas.
Dicen los que saben, que Ariel Fernández, mejor debe dedicarse a lo que sabe, es decir, a ser comparsa de los grupos de la delincuencia organizada en la región donde fue alcalde, pues de político, no tiene nada.
Por cierto, aún le debe a mucha gente a la que le prometió que le iba a pagar por la chamba marrana para su aspiración a la dirigencia tricolor, pero que cuando perdió, les quedó debiendo a todo mundo…en fin, rata como siempre.
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Ya salió e peine, de porqué la Fiscalía General del Estado, no le quiere meter la mano al tema de los carriles clandestinos de carreras de caballos, sobre todo al de El Sauz, en donde murieron siete personas y muchas más quedaron heridas.
Pues resulta que ese famoso carril, donde no “encuentran al dueño” -los de la región dicen que es del pueblo-…era administrado por un agente de la policía estatal, adscrito a la Agencia Estatal de Investigación, al parecer “muy pesado”.
Por ese motivo, y aunque el fiscal general del Estado, Roberto Fierro Duarte, ordenó que se indagara a fondo, se dice que el agente estatal movió todos los hilos, para que le dieran carpetazo, “lo que no saben hacer en la FGE”.
Deberían de saber los jefes de la FGE y de la SSPE, la clase de uniformados que tienen, porque son precisamente ellos, quienes les echan en saco roto, todos los esfuerzos, y seguramente, por su ineptitud, salen los fracasos diarios de las corporaciones que dirige Maru Campos.
