Los panistas finalmente consiguieron el apoyo del PRI y MC para aprobar la mal llamada Reforma al Poder Judicial, que no es más que otra cosa, que enganchar los hilos para que sea María Eugenia Campos o sus achichincles, quienes puedan manejar a su antojo el Poder Judicial del Estado de Chihuahua, a la pura usanza del viejo PRI.
Los intentos de Morena, fueron insuficientes para evitar el regreso del duartismo, al Tribunal Superior de Justicia del Estado y, por ende, al Consejo de la Judicatura, en donde se hace el teje y maneje de las venganzas políticas, así como de los acomodos para garantizar la impunidad de las ratas que sí se logran alinear con el Ejecutivo estatal.
Así, igualito a lo que en Chihuahua llegó a hacer César Duarte, y a lo que actualmente está haciendo a nivel federal, el presidente Andrés Manuel López Obrador, es justo como Maru Campos, dentro de su discurso del respeto a las instituciones y a la autonomía de los poderes del Estado, se adueña de las cenizas que dejó Corral en el Poder Judicial, claro aprovechando que tiene en la bolsa al Legislativo, tal y como se pudo constatar hoy.
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A quien le ardió hasta el alma esta aprobación, fue a Javier Corral y a Lucha Castro, ambos traidores de los chihuahuenses, quienes llevan en su dolor, no el hecho de que Maru secuestre los poderes, sino que ellos lo intentaron y fracasaron, como en todo lo que hicieron durante 5 años.
Por cierto, Lucha Castro despotricó por algo similar a lo que ella hizo, y que no se le olvide que la tienen bien checadita y en la lista de los invitados al hotel cinco estrellas de Aquiles Serdán, por todo el marranero que hizo cuando fungía como consejera de la Judicatura.
No sobra decir, que, ahora que Maru Campos van a consolidar al duartismo, irónicamente en las instancias de procuración de justicia, son Javier Corral y Lucha Castro, los primeros que deben de ponerse a rezar, porque la perseguida, justa o no…no se las van a perdonar.
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Hablando de rezar, la gente de la Unión Ganadera se encuentra implorando al cielo que llueva este año, porque las condiciones ganaderas y agrícolas de la entidad están pasando por una situación crítica, derivada de las malas decisiones del Gobierno Federal, de las amenazas arancelarias de Estados Unidos, de la guerra en Ucrania -por el tema de los fertilizantes-, por la ineficiencia del gobierno de Corral, el pésimo inicio de la administración de Maru Campos, y no menos importante, por la sequía.
Irónicamente, la nueva directiva de la Unión Ganadera, encabezada por Álvaro Bustillos, en lugar de exigirle al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, por medio de Juan Carlos Loera, o al de Maru Campos, que alivianen el tema ganadero en Chihuahua, se ponen a pedirle a Dios que les resuelva la materia hídrica.
Por cierto, si un ser mortal, común y corriente, entra a las redes de la Unión Ganadera Regional de Chihuahua, podría confundirse y pensar que entró a un sitio cristiano, algo así como los usureros ladrones de Palabra Viva…
