“Adán Augusto López, es titular de la Secretaría de Gobernación de la Federación, él sí es un caballero, y tiene muy claro que, para venir a Chihuahua, el canal de conducta es por medio del Ejecutivo”.
¿Así o más claro? Dijo la gobernadora Maru Campos, enviando un mensaje entre líneas al súper delegado Juan Carlos Loera, quien sin preguntar y a lo bruto, así como acostumbra, se aventuró a anunciar la próxima visita del titular de SEGOB, Augusto López.
Ni corta ni perezosa, Maru Campos salió al quite a decir que desde temprano estuvo en comunicación con el funcionario federal, a quien dijo respetar mucho, por ser una persona que conoce de procesos y de cómo es que se hace política, por lo que reiteró que en dado caso de que se vaya a concretar una visitar de Augusto, a Chihuahua, será en coordinación con el Gobierno del Estado, y no asuntos al vapor que anden organizando y agendando en las casi olvidadas oficinas del Bienestar.
El mensaje no deja lugar a dudas a que Maru Campos, le anda jugando a la institucionalidad con López Obrador y sus secuaces, pero que no se le olvide que a los chihuahuenses también les gustan «los cariñitos», porque los tiene muy abandonados, sobre todo al sector agrícola y a los defraudados por Aras, que no dejan de ser miles de familias.
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Y justamente, mientras el secretario de la Coordinación del Gabinete Estatal, Luis Serrato Castell, llegaba al Palacio de Gobierno por la puerta que se encuentra por la calle Libertad, un grupo de campesinos y productores de la región centro sur del estado, ingresaban por la puerta que se ubica en la calle Aldama.
Los agricultores estaban buscando al señor Luis Serrato, única y exclusivamente, para que les entreguen las reglas de operación para poder acceder a los recursos que el Estado presupuestó para el apoyo al Desarrollo Rural, sin embargo, a pesar de que Serrato había llegado al Palacio, el personal de Gobierno del Estado, lo negó, y a pesar de todos los testigos que lo vieron entrar, les dijeron a los campesinos que el funcionario no se encontraba ni en el Palacio de Gobierno, ni en su oficina junto a la Plaza Hidalgo.
Así de fácil, así de sencillo, “el secretario Luis Serrato, no está, pero dejen el recado”; la gente del campo, no iban a verlo para contemplarlo…sino que acudieron buscando solucionar un problema que les permita cubrir una gran necesidad.
Ese problema por cierto, es ocasionado ¡otra vez! Por Lilia Merodio, quien les comentó que en la Secretaría de Desarrollo Rural, no tenían las reglas de operación de los recursos, y le aventó la pelotita a sus jefes diciendo que las reglas se las iban a dar en Palacio, y ahí está la respuesta, una vil negativa mentirosa.
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A quienes se les ha visto mucho en Palacio de Gobierno últimamente, es a la gente de la agrupación México Republicano, quienes buscan constituirse como partido político bajo la dirección de Juan Iván Peña Neder, sí, ese mismo que puso en Chihuahua a dirigentes de Redes Sociales Progresistas que barrieron hasta con los garrafones de agua, y que se gastaron las prerrogativas del partido en pedas de miles de pesos.
Ahora buscan entrarle con la bandera republicana, aunque en Chihuahua, ese término se confunde con cualquier otro que pudieran utilizar las rémoras vividoras de la política, que a todos tiros buscan conformar agrupaciones con las que puedan vivir del erario, -así como están acostumbrados lo que andan con esa mamufada de partido-. Puro mañoso conocido.
Según se habían quedado de ver con César Jáuregui en su despacho, sin embargo, el secretario los atendió en otro lugar, se presentaron, los escuchó y se acabó, fue todo, de todos modos al Estado no le interesa escuchar ninguna clase de planteamientos por parte de ese tipo de agrupaciones, pero, sino se logran con los azules, pueden terminar como satélites morenos, y en un año pierden su registro, -si se logran-.
