La gobernadora Maru Campos, ha anunciado con bombo y platillo el traslado de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal a Ciudad Juárez, argumentando la ampliación de una estrategia de seguridad, la cual busca sacar al estado de Chihuahua, dentro de los objetivos prioritarios del Gobierno Federal en materia de seguridad.
La verdad es que la estrategia ha sido fallida, pues, aunque Juárez y Cuauhtémoc, han tenido una baja relativa en el número de homicidios, la ciudad de Chihuahua sigue sufriendo los platos rotos, y es que, en Juárez, los cárteles que controlan el trasiego de droga han dicho que ya no les quedan muchos enemigos qué matar, porque la plaza ya la controla un solo grupo criminal, algo parecido pasa en Cuauhtémoc.
Pero la Maru lo que realmente busca es ganar para el blanquiazul lo que Job Quintín no ha podido hacer, ganar votos para el PAN en esa frontera, motivo por el cuál, mantienen una estrategia electoral enfocada en el 2024, así que solo los ingenuos se traga esa farsa de la Maru de que lo hace por la seguridad de Juaritos…
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El fiscal general del Estado Roberto Fierro ha seguido las instrucciones de su jefa directa, Maru Campos, en el sentido de que no esté dando declaraciones a lo pendejo, y sobre todo, avances de las investigaciones de los casos emblemáticos de la violencia en Chihuahua.
El asunto viene, porque Maru Campos se dio cuenta que en realidad no tienen nada de avances, y lo que ahorita pudiera decir el fiscal Fierro Duarte, sería reflejar el nulo actuar por parte de las autoridades estatales.
En el estado hay una serie de casos sin líneas de investigación concretas, sin pies ni cabeza; pobres de las víctimas que se quedarán sentadas esperando justicia, pues en pocas palabras les vale madre el cochinero que traen.
Esto incluye el caso de Luis René Villarreal, operador del “Pony” Lara y orquestador de fraudes en el Congreso del Estado, junto a Manuel Soledad, protegido por la sindica Olivia Franco, así como el feminicidio de la sindica de Guachochi, Dayra González.
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Con manifestaciones no se remueven los funcionarios, fue lo que respondió César Jáuregui a las quejas de los integrantes de la unión Democrática Campesina, -uff, hasta gobernantes se han removido, con más razón a politiquillos-, quienes insisten en que es justo y necesario, mandar a la banca a la corrupta Lilia Merodio como secretaria de Desarrollo Rural.
Los señores no se equivocan, pues hasta hoy, nadie se explica cómo es que la ex senadora Merodio, llegó a ocupar la titularidad de dicha dependencia, -bueno, los millones que le metió a la campaña de la Maru sí lo explican-, y aunque sabemos, que fue por un favor político, el gesto bondadoso de Maru Campos, se refleja en un desinterés por el asunto del campo chihuahuense, así de fácil, pues mira que dejar a una mañosa al frente deja mucho que decir.
La gente de la UDC lo que también piden, es la destitución de Enrique Rascón como titular de la Coepi, pero tal vez aquí le están errando un poquito, pues el jovenazo lo único que está haciendo es el trabajo sucio que ni Maru ni Jáuregui quieren hacer, es decir, llevarle soluciones a los pueblos indígenas.
