*Niñerías legislativas *Se hacen bolas *Bomberos en ridículo

Los diputados que integran el Grupo Parlamentario de Morena, guardaron un minuto de silencio por los héroes que murieron durante la toma del cuartel de Madera en 1965, lo que sería totalmente normal, sin el resto de los diputados también lo hubieran hecho.

Fue el diputado Benjamín Carrera quien pidió en tribuna que se guardara el minuto de silencio, pero la nueva presidente del Congreso, Georgina Bujanda, no quiso acceder a la petición, no por tratarse de un asunto de chairos o derechangos, sino porque la petición no se hizo previo a la sesión y el tema no se incluyó en el orden del día.

Drástico y sangrón el argumento de Bujanda, pero también drástico y sangrón el hecho de que los morenos se pusieran de pie y guardaran el minuto de silencio, mientras la sesión legislativa seguía su curso, algo así como la tribuna del Azteca cuando se pide el minuto de silencio en un clásico América vs Chivas. En fin, las niñerías legislativas y sus peculiaridades.

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A quien le tupieron como patito de feria, fue al diputado Oscar Avitia, nada más y nada menos que el tremendo hijo del sindicalista magisterial Ever Avitia; pues resulta que el diputado pidió chanza para recibir su última quincena por parte de Seech, pero su compañero de bancada y presidente de la Jucopo, Cuauhtémoc Estrada, no le entendió bien y aprobó otra cosa.

Pues los panistas, priistas y emecistas, llegaron al pleno muy indignados porque se sometería a votación la posibilidad de que Óscar Avitia recibieran sus más de 100 mil pesotes como diputados, más otros 25 mil pesotes de su jefatura de departamento en los Servicios Educativos.

Luego el dictamen fue bajado del orden del día por petición del propio Avitia, quien posteriormente explicó que el dictamen era para que recibiera su última quincena sin problemas legales, pero que al final Seech le dijo que no había bronca, que el cheque era de 10 mil pesitos y que los regresara sin problema.

Pues así será, no gozará de sus míseros 10 mil pesos -míseros en comparación con su salario legislativo-, pero dejó muy claro que desde hace 15 días ya había dejado su cargo como docente; entonces la culpa de que le tupieran hasta con bat de aluminio, fue de la Jucopo, en donde se aprobó un dictamen sin detalles, sin pies ni cabeza, que quería decir una cosa pero que realmente decía otra.

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En ridículo quedaron los rescatistas que encabezaron el simulacro en el parque infantil El Colibrí, pues en el supuesto de que alguien quedara atrapado en la parte alta de la mega rueda de la fortuna que mandó construir Javier Corral, nadie podría rescatarlo.

A los bomberos no les alcanzó la escalera y los otros rescatistas de protección civil, no pudieron llegar a buen tiempo hasta donde se encontraba “la persona” atrapada.

Pero el ridículo que pasaron los rescatistas, es por culpa del deficiente equipamiento con el que cuentan, y esto pone en evidencia la urgencia que tienen las autoridades de adquirir buenas herramientas y equipo de rescate, y dejar estarle apostando a las donaciones de los gringos, que nos avientan sus equipos cada vez que ellos compran nuevo y de última generación.

Luego se quejan porque dicen que somos el patio trasero de Estados Unidos, pero con este tipo de acciones, nuestras autoridades de todos los niveles, no hacen más que confirmarlo, y es que desde la administración de Marco Quezada, Javier Garfio y las dos de Maru, es una constante las peticiones de gente como Joel Estrada, quien en varias ocasiones ha destacado las deficiencias de sus equipos.

Asi que ruéguele a los santos que no ocurra un siniestro en un edificio porque simplemente será una catástrofe…