En los últimos meses ha dado la vuelta al mundo el caso de Prichard Colón, un boxeador estadounidense con familia puertorriqueña, que conmocionó al boxeo en el 2015 por el cambio de 180° que tuvo su vida.
El joven de ese entonces 23 años de edad, se encontraba en la cúspide de su carrera alistándose para enfrentar a Terrell Williams y seguir subiendo escalones en el deporte, sin embargo, esa sería la última vez que un ring lo vería pelear.
Los primeros seis rounds se veía como el favorito, sin embargo, a lo largo de toda la pelea los golpes prohibidos se hicieron notar, llegando al 7mo en el que un duro golpe en la nuca lo derribó y puso en pausa el enfrentamiento.
Al ser ‘aprobado’ por sus médicos, Prichard pudo continuar hasta el round 9, en el que fue noqueado por su adversario.
De regreso al camerino tras la pelea, el joven púgil colapsó frente a sus familiares, vomitando y sin poderse mover, por lo que fue trasladado de emergencia al hospital donde le detectaron un derrame cerebral.
Tras ser sometido a cirugía para retirarle la grave hemorragia que sufrió en su cabeza, Colón quedó en coma por más de un año y al despertar, los doctores pronosticaron que quedaría en estado vegetativo durante toda su vida, dependiendo de cuidado las 24 horas del día.
Sin embargo el apoyo de sus padres y hermanos, ahora lo tienen en silla de ruedas con movilidad en sus brazos y cabeza, y con el entendimiento de lo que ocurre a su alrededor.
El día de ayer, Prichard fue sometido a una cirugía de cráneo para reconstruir el lado izquierdo de su cabeza, el cual quedó con hundimientos por los severos golpes y lesiones que sufrió hace seis años.
Con información de El Siglo de Torreón
