‘Estúpida’; indígena graba el racismo del que fue víctima en hospital antes de morir

Quebec.- Los últimos momentos de una mujer indígena canadiense antes de fallecer, han conmocionado a la red debido a que ésta consiguió grabar el racismo del que fue víctima por parte del personal médico quienes la insultaron en diversas ocasiones.

Identificada como Joyce Echaquen de 37 años, perteneciente a la comunidad indígena Atikamekw, falleció en el Centro Integrado de Sanidad y Servicios Sociales de Lanaudière, ubicado en la ciudad de Joliette, en la provincia canadiense de Quebec, donde mientras agonizaba los enfermeros se limitaron a lanzarle diversos insultos que la mujer alcanzó a registrar con su teléfono sin que estos se dieran cuenta.

“Estúpida, idiota. Lo mejor que hacen (los indígenas) es tener relaciones sexuales especialmente porque somos nosotros los que pagamos esto (el tratamiento)” (…) Vamos a dejarla en el suelo durante un rato. Estarías mejor muerta”, se escucha decir a los médicos en la sala donde se encontraba Joyce.

Entre gritos de agonía, la mujer menciona que es madre de 7 niños y que se encuentra triste, a lo que los sujetos sólo se limitaron a continuar con la serie de insultos.

“¿Terminaste de actuar como tonta? ¿Terminaste? Tomaste malas decisiones ¿Qué van a pensar tus hijos de verte así?”, dicen los miembros del personal médico.

De acuerdo a la información compartida por medios internacionales, el personal médico recetó a Echaquen, morfina a pesar de que ella les advirtió que sufría del corazón y tenía instalado un marcapasos, por lo que temía que el potente analgésico le provocase graves problemas.

El lunes 28 de septiembre, dos días después de ingresar en Lanaudière, la mujer indígena murió sola en una de las salas del hospital.

Presuntamente al hacerse públicas las imágenes, autoridades sanitarias de Quebec despidieron de manera inmediata a los responsables de los insultos hacia la mujer.

Quebec se niega a aceptar el racismo hacia al comunidad indígena

El Gobierno de Quebec se negó a reconocer que el tratamiento que recibió Echaquan es algo que experimenta de forma habitual la población indígena de la provincia francófona, a pesar de las numerosas denuncias de racismo realizadas desde hace años.

El año pasado, un informe de 520 páginas realizado por el juez retirado del Tribunal Superior de Justicia Jacques Viens denunció que los indígenas en Quebec sufren una discriminación sistémica cuando intentan acceder a servicios públicos, como es la sanidad.

Viens, que durante nueve meses entrevistó a centenares de indígenas, dijo que la provincia tiene que mejorar su trato a los indígenas en prácticamente todas las facetas: desde servicios sociales, protección juvenil, educación, fuerzas policiales, justicia o servicios mentales.

Tras la publicación del informe, el primer ministro de Quebec, Francois Legault, se comprometió a estudiar las recomendaciones de la comisión de Viens.

Pero a fecha de hoy, el Gobierno de Legault no ha implementado ni una de las 142 recomendaciones del informe. Y prácticamente se ha mantenido en silencio sobre la muerte de Echaquen.

La ministra de Asuntos Indígenas de Quebec, Sylvie D’Amours, sólo ha emitido un comunicado lamentando la muerte de la mujer indígena, lo que le está granjeando el reproche de los partidos de la oposición en la Asamblea Nacional de Quebec, el parlamento provincial.

Legault repitió el martes durante una rueda de prensa que no cree que la forma en que murió Echaquen sea reflejo del racismo sistémico en la provincia que dirige.

Y se limitó a decir que “sí, hay algo de racismo en Quebec. Estamos trabajando en eso”.

Pero Legault, que ha hablado con Dubé, el esposo de Echaquan, se negó a reunirse este viernes con el líder de los indígenas atikamekw, Émile Ottawa.

La familia de Echaquen anunció este viernes que presentará una demanda ante los tribunales por su muerte para evitar que otras personas discriminen y denigren a los indígenas de Quebec porque, como señaló en un comunicado el abogado de Dubé, Jean-Francois Bertrand, “en 2020, simplemente denunciar el racismo sistémico no es suficiente”

Con información de El Siglo de Torreón