Tanto César Duarte, Javier Duarte y Lozoya involucraron a sus esposas en red de presunta corrupción

La extitular del DIF Chihuahua, Bertha Gómez, intentó ampararse contra una captura con fines de extradición de Estados Unidos, como ocurrió con su esposo, el exgobernador César Duarte. Pero se le negó y ahora carga una orden de aprehensión. Para el abogado y activista Jaime García, quien denunció al expriista desde 2014, ella era “cómplice plenamente consciente” de la red de corrupción, incluyendo el intento por apoderarse de un banco.

Ciudad de México.– Proveniente de la élite de Parral, al sur de Chihuahua, Bertha Olga Gómez Fong, vestido blanco, aretes de perla, pulsera dorada y cabello corto rojizo, sonríe y abraza al cantautor Juan Gabriel, se observa en una foto. En el Grito de Independencia de 2012, el “Divo de Juárez” visitó en su casa a los Duarte, un matrimonio tradicional. Cantaron y charlaron sobre el plan de un museo en su honor y remodelar el bar “Noa Noa”.

Al año siguiente, Juan Gabriel fue a cantar al cumpleaños 50 del Gobernador César Duarte Jáquez. “Vino con mi señora, se puso de acuerdo. Estuvo en un ambiente de amigos, con taquitos pasamos este 50 aniversario que me llegó”, detalló Duarte a la prensa. “No hubo cobro”. En otro cumpleaños, el de Bertha el 27 de julio de 2016, el expriista le mandó un mensaje en redes sociales: “Feliz cumpleaños al amor de mi vida, a mi compañera, esposa y madre de mis hijos. Gracias por ser esa persona tan cariñosa y bondadosa”. Su cuenta de Twitter @BerthitaDuarte es privada.

Hoy, Duarte Jáquez está en proceso de extradición por peculado y asociación delictuosa, luego de alcanzar un récord de órdenes de aprehensión y por fin ser detenido el mes pasado en Miami, Estados Unidos, país donde se escondió de la justicia durante tres años en Texas y Nuevo México, donde posee fincas y negocios. Y sobre Gómez gira una orden de aprehensión, luego de que un juez le negó el amparo.

Así como Emilio Lozoya Austin involucró a su esposa Marielle Helene Eckes en los desvíos de Petróleos Mexicanos (Pemex) y como Javier Duarte de Ochoa lo hizo con Karime Macías en Veracruz, César Duarte implicó a Bertha Gómez en toda la trama de corrupción de Chihuahua.

Como titular del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) estatal, mantuvo bajo perfil, salvo su presencia en actos públicos del exgobernador. En octubre de 2019, Mayra Julieta U. A., fue detenida por el presunto desvío de 58.7 millones de pesos cuando era funcionaria del DIF estatal y por enriquecimiento ilícito.

El Gobernador de Chihuahua, César Duarte, la Secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Rosario Robles, y la titular del DIF local, Bertha Gómez, en Parral en 2016. Foto: Twitter.

Gómez Fong se convirtió en “cómplice plenamente consciente” de la red de corrupción del exgobernador de Chihuahua que también “embarró” a sus tres hijos, por lo que, al estar casados por sociedad conyugal, podría acusársele de peculado y operaciones con recursos de procedencia ilícita, dijo el abogado y activista Jaime García Chávez.

“No era una mujer protagónica. Claro que llegaba con una nube de guaruras, pero no era una figura pública de primer lugar. Empero, en el mundo de los negocios desde el poder público sí tenía protagonismo e influencia. Están casados por sociedad conyugal, lo que implica una mezcla de intereses económicos. Todo lo de Duarte era de Bertha y viceversa. En ese marco se ubica el fideicomiso de 65 millones de pesos que instituyeron tanto Bertha como César para la adquisición de acciones mayoritarias del Banco Unión Progreso. Jamás se logró acreditar de dónde sacaron esa cantidad de dinero”, dijo García Chávez, quien en septiembre de 2014 denunció a Duarte Jáquez ante la entonces Procuraduría General de la República (PGR) por peculado, uso abusivo de facultades y atribuciones, tráfico de influencias y violaciones a leyes bancarias acompañado.

El Gobernador de Chihuahua César Duarte y su esposa Bertha Gómez. Foto: Twitter.

A través del contrato de un fideicomiso por 65 millones de pesos buscó adquirir el 15 por ciento de las acciones del Banco Unión Progreso, creado el 21 de marzo de 2014 y fundado por ex el Secretario de Hacienda estatal, Jaime Ramón Herrera Corral. Para el abogado y activista, tener un banco era lavar de manera casi perfecta el robo que se le hizo a Chihuahua, y convertirlo en una palanca para proyectos de poder.

“Bertha Gómez estaba ligada a todo lo que hacía. Además, en el mismo fideicomiso de 65 millones de pesos se puede leer que los beneficiarios son las dos hijas [Bertha y Olga] y el hijo de los Duarte [César Jr.]. César no corrió en solitario. Involucró con todo cinismo y descaro tanto a su esposa –a la que no tildo de inocente– y a sus hijos que en ese tiempo eran adolescentes”, planteó García Chávez.

Duarte ingresó a Estados Unidos desde noviembre de 2016, luego de concluir su gestión, mediante visa de turista por el Aeropuerto Internacional en New Jersey. Bertha sigue en el país vecino. “Lo acompañó en Nuevo México, Texas y Miami”, aseguró el abogado. El amparo que solicitó era contra una detención con fines de extradición. La revista Proceso reportó que Duarte utilizó a familiares, operadores y prestanombres para adquirir 22 inmuebles en Texas y Nuevo México con un valor aproximado de 6 millones de dólares.

SU NEXO CON EL EXSECRETARIO DE SALUD

A la extitular del DIF estatal, Bertha Gómez, también se le recuerda por “el patrocinio” que le dio al exsecretario de Salud estatal Pedro Hernández Flores, “el orquestador de los negocios relacionados con el tráfico de fármacos” en el sistema de salud estatal de Chihuahua, afirmó Jaime García Chávez, abogado y activista.

“Hay una relación muy estrecha entre Pedro Hernández y Bertha Gómez, quien le daba el sustento político”, afirmó. Hernández Flores, quien sustituyó al primer secretario Sergio Piña Marshall, estuvo en la Secretaría de Salud “para los negocios turbios y desfalcos enormes”, por lo que, dijo, debería ser investigado por el daño al sistema de salud estatal.

En 2015 circuló en redes sociales un supuesto recibo donde el exsecretario presuntamente le depositó 1 millón 345 mil dólares a Gómez, así como un supuesto recibo, con el que le acusaba de haberle regalado un reloj Cartier de hasta 17 mil millones de dólares a la esposa de Duarte.

Sin embargo, Hernández Flores dio a conocer que los documentos eran apócrifos. “Tienen una intención completamente difamatoria, tendenciosa. Esto no tiene otro objeto más que tratar de dañar moral y profesionalmente el prestigio de mi persona, dañar moralmente las instituciones del estado, pretenden dañar la imagen del Gobierno del Estado y de manera cobarde, dañar la calidad moral de la señora Bertha Gómez de Duarte”, declaró.

Con información de Sin embargo.