“Nueva Normalidad” en el Beisbol debido a la pandemia

Con la pandemia del coronavirus COVID-19, el mundo no volverá a ser como lo conocíamos, los deportes tampoco. El beisbol de las Ligas Mayores, quizá la actividad profesional más tradicionalista y hasta romántica, tendrá que implementar sus propias modificaciones para disputar la temporada 2020, afectada por la emergencia sanitaria que ha cobrado más de 120 mil muertes en el país de las barras y las estrellas.

DISPUTAS Y ACUERDOS

Durante más de tres meses, los dueños de equipos de las Grandes Ligas, representados por el comisionado Rob Manfred, mantuvieron discusiones con la Asociación de Peloteros Profesionales, cuyo presidente Tony Clark, se mantuvo férreo en sus pretensiones económicas para los agremiados. Fueron semanas de intensa disputa con el dinero como eje central, mientras que el coronavirus planteaba la gran incógnita sobre la seguridad sanitaria para disputar la temporada. Luego de un constante “estira y afloja”, llegaron los acuerdos necesarios para poder cantar el “Playball”, acordando celebrar una temporada de 60 juegos, 102 menos que los que se realizan de manera común, año tras año.

Pero el número de juegos no será lo único modificado en una temporada 2020 que será especial, por el contrario, los aficionados verán un juego radicalmente diferente al que estaban acostumbrados, iniciando con la ausencia de público en las gradas, que otorga un toque especial a cada jugada. La pretemporada iniciará el próximo 1 de julio y ya no será en Arizona y Florida, sino en cada uno de los estadios de los 30 equipos, minimizando los viajes también durante la temporada regular, en la que cada escuadra chocará con solamente nueve rivales, en un calendario que no dejó conformes a muchos, pero que se terminó por aceptar al tratarse de una situación extraordinaria que obligó a la improvisación, iniciando la campaña el 23 ó 24 de julio.

CAMBIAN REGLAS

Con un calendario corto y el deseo de limitar el tiempo de los juegos, se empleará la regla de Ligas Menores para extrainnings, eso significa que cada media entrada, después de la novena, comenzará con un corredor en la segunda base. El corredor designado sería el jugador que fue el último out en el medio episodio anterior (o un corredor emergente por ese jugador) y el lanzador no cargará con una carrera merecida si ese corredor anota (sería anotado como si el corredor se embasara tras un error). Esta regla sólo aplica para el 2020 y solamente estará en efecto durante la temporada regular, no en playoffs.

Por primera vez en la historia, ambas ligas utilizarán bateador designado, fue una propuesta que se realizó para 2020 y 2021, pero fue rechazada por los jugadores, sigue siendo parte de los protocolos de salud y seguridad para el 2020. Con los “segundos Entrenamientos de Primavera” abreviados, se hará un esfuerzo por no desgastar a los lanzadores al enviarlos a batear. Clasificarán a playoffs cinco equipos en cada circuito (tres campeones de división, dos Comodines), con el ganador del Juego del Comodín en la Americana y la Nacional avanzando a la Serie Divisional al mejor de cinco juegos, contra el campeón de división con mejor marca. La Serie de Campeonato y la Serie Mundial siguen siendo al mejor de siete choques; es decir, los playoffs no sufrieron modificaciones.

PROHIBICIONES

Una interesante lista de situaciones prohibidas, se adoptaron como parte de las acciones para evitar riesgos de contagios del COVID-19, a lo que deberán acostumbrarse los peloteros, haciendo un esfuerzo grande, ya que se trata de movimientos que ya son parte intrínseca en el Rey de los Deportes. Y es que ¿cómo imaginar que no haya festejos tras un jonrón ganador? Los jugadores deberán acostumbrar a no “chocar” sus palmas o sus puños, manteniendo el distanciamiento social, vaya, la lejanía deberá ser tal, que los mánagers ni siquiera intercambiarán alineaciones antes del inicio del juego, un ritual caballeroso que deberá salir del deporte, por lo pronto.

Tampoco estará permitido escupir, un acto reflejo que ya los peloteros tienen en su ADN y que se anticipa como la regla más complicada de cumplir, aunado a que no se admitirá mascar tabaco o ingerir semillas de girasol, solamente goma de mascar o chicle. Los coaches, bat boy y todas las personas que no participan en el juego, deberán portar cubre bocas en todo momento, las pelotas que sean tocadas por varios jugadores, serán sacadas del juego, los pitchers no podrán lamerse los dedos, todo ello, en una rutina diaria para todos, que implica hacerse la prueba de detección del COVID-19 cada día; algo que sin duda trastocará a los jugadores, coaches, mánagers y colaboradores, en el aspecto mental.

Quizá la prohibición más difícil de controlar será el no pelear, ya que aunque el beisbol no es un deporte de contacto, sí contiene numerosos “códigos no escritos” que forman parte del alma del juego y si son trastocados, el resultado natural sería un pelotazo que desate una reyerta. En este 2020, los lanzadores deberán inventar otra manera de vengarse en caso de que alguien “goce” un batazo, la inventiva de los peloteros deberá salir a relucir una vez más, en un deporte tan complejo como maravilloso.

Habrá una lista de lesionados relacionada con el COVID-19, sin un mínimo ni máximo de días en dicha lista. Un jugador deberá pasar a la lista basada tras un positivo por el COVID-19, si fue expuesto o si exhibe síntomas que requieren aislamiento para más evaluaciones. Cualquier jugador que haya dado positivo no podrá regresar hasta que haya dado dos resultados negativos. Esa es parte de la “nueva normalidad” del beisbol de las Grandes Ligas, frecuentemente señalado por su tradición que algunos consideran “arcaica” y que ahora se ve forzado a reinventarse en numerosas maneras; el juego sigue siendo el mismo, lanzar, batear y fildear, pero las pequeñas diferencias seguramente le darán un sazón especial.

Con información de El Siglo de Torreón