La próxima gran tecnología de Nintendo, el cartón

Nintendo ha presentado esta noche un nuevo producto, Nintendo Labo, una peculiar y nueva línea de accesorios que bien pueden pasar por juguetes. Están construidos en cartón, el jugador tiene que montarlos antes de poder usarlos y están acompañados de juegos para Switch, necesaria para que las construcciones cobren vida.

Es un movimiento extraño a primera vista, incluso para Nintendo, pero encaja con el pasado de la compañía. No es ya una cuestión de que crear nuevas formas de jugar sea una obsesión para ellos: es de que Nintendo nació como una empresa que construía juguetes y juegos de cartas.

Nintendo Labo parece tener su origen más en esto que en los videojuegos que empezaron a desarrollar posteriormente.

Estos accesorios de cartón se llaman oficialmente Toy-Con y estarán disponibles el día 27 de abril de 2018.

El primero se denomina Kit Variado e incluye una selección de objetos a construir, como una caña de pescar, un piano o un coche radiocontrol. El segundo, Kit Robot, incluye una única construcción, pero que es mucho más compleja. Se trata de una armadura al más puro estilo ‘Gundam’ que se maneja con poleas. Ambos, eso sí, tienen sus propios cartuchos para Switch, en los que hay tutoriales para el montaje y lo videojuegos en sí.

Sus precios no están confirmados, pero cada kit costará más de 60 euros, una cifra que muchos han calificado ya de elevada.

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IKEA + Nintendo = Toy-Con

Tras probar durante unas horas los primeros Toy-Con del Kit Variedad, está claro lo que busca Nintendo: que una familia pueda reunirse en torno a su Switch para hacer algo juntos con un montón de cartones. El juego casi parece algo secundario, si bien este está tan conseguido como las instrucciones para el montaje.

Ikea tiene un gran rival en Nintendo, pues las láminas de cartón semiperforado se entienden a las mil maravillas con las instrucciones interactivas del juego. Si a esto se suma lo claros y evidentes que son los diseños del cartón en sí, con esquemas de color y referencias muy precisas, montar cualquier Toy-Con es una cuestión de horas, no de pasión por las manualidades.

Lo del tiempo es literal: tardé más de media hora en montar el coche por radiocontrol y más de una hora en construir la caña de pescar, todo con ayuda de un compañero periodista. El resultado final, pese a ser ambos primerizos con Nintendo Labo, fue perfecto en ambos casos. Ni una pestaña torcida, ninguna esquina resquebrajada… Todo en su sitio.

El coche por radiocontrol fue perfecto para iniciarse en uno de los aspectos que más ha querido destacar Nintendo: la personalización de los Toy-Con. Los tres periodistas que estábamos presentes hicimos el mismo coche, pero cada uno añadimos las piezas de cartón extra que quisimos (venían en la misma lámina que las piezas fundamentales) y pintamos nuestros carros como nos apeteció.

Al ser un producto hecho de cartón, un par de rotuladores, algo de pegamento, unas tijeras y unas chinchetas es todo lo que nos hizo falta para ‘tunearlos’. En mi caso, también un poco de purpurina y de mala leche: le puse un morro de excavadora y, además, un par de pinchos para poder volcar más fácilmente a mis compañeros.

Porque estos cochecitos están pensados para pelearse, con absurdos resultados. Dado que la única forma que tienen de moverse es aprovechando la vibración de los Joy-Con. Los dos manos que incluye cada Switc van insertados en los laterales lo mueven, aunque no son demasiado potentes y nunca cogen velocidad.

El coche fue una construcción simple y rápida, no la mejor forma de demostrar qué es Nintendo Labo. La caña de pescar, sin embargo, es algo impresionante. Con sus partes retráctiles, su carrete con sonido (hecho con una lengüeta de cartón que ‘raspa’ con el cilindro interior) y el sedal imitaban perfectamente el funcionamiento de una caña de pescar de verdad.

Y la Switch, puesta en vertical sobre una base que también te construyes tú mismo, hacía el resto. Tras aprender a montar la caña, todo estaba listo para jugar a un sencillo, pero profundo juego de pesca. La caña funcionaba como mando por controle de movimiento.

Esto se es así porque los Joy-Con de la Switch van encajados dentro de la propia caña, en dos huecos hechos a medida. Por eso, al tirar con fuerza del sedal, el súbito movimiento es reconocido en el mando que está en el mango de la caña y reproducido en la consola y en el juego. Mientras tanto, el otro mando, dentro del carrete, sirve para recoger el sedal. Suena más complejo de lo que realmente es cuando lo ves en persona.

El piano por infrarrojos

Lo que sí es muy complejo es otro Toy-Con del Variety Pack: el piano. ¿Cómo se construye un piano que suene, que tenga teclas que vuelvan a su sitio tras pulsarlas y que el proceso no sea difícil? Usando una cámara de infrarrojos.

Pese a lo primitivo que suena esto de hacerse juguetes con cartón, hay una tecnología detrás muy, muy inteligente. El Joy-Con derecho de Nintendo Switch cuenta con una cámara de infrarrojos y, colocado en la parte trasera de la pequeña estructura del piano, puede reconocer qué tecla se pulsa al reconocer una cinta adhesiva reflectante. Si pulsas una tecla, la parte trasera de esta se eleva y deja ver dicha cinta, que el mando reconoce y, hecho eso, manda la información a la consola, que reproduce la nota. Todo en milisegundos, sin retardo alguno.

No queda ahí la cosa: el piano tiene unos ‘tornillos’ (también se construyen en cartón) que cambian su sonido. Puedes tocar el piano como una instrumento clásico, pero también como un coro de señores mayores gruñones o de gatos. Es posible también insertar en una ranura especial otras piezas de cartón con la forma de ondas longitudinales para crear efectos de sintetizador. Y, por último, si meneas el cuerpo del instrumento… pues creas un efecto de reverberación.

El momento en el que pulsas un trozo de cartón y suena una nota perfecta en la pantalla que tienes delante es impagable, quizá uno de los momentos más mágicos e inocentes que he experimentado en mi vida adulta. Si esto te suena exagerado, es porque no lo has vivido y no te has encontrado con las caras de incredulidad del resto de adultos que están contigo en la sala.

Para un niño o niña, esto será incluso más sorprendente. La combinación de material primitivo y tecnología puntera cuyo fin es crear sonido, mover un coche teledirigido o imitar el movimiento de una caña o de una moto puede hasta ser educativo o mejorar sus capacidades psicomotrices, como los Lego.

La locura del Kit Robot

Este truco práctico de usar una cámara de infrarrojos para identificar la posición de una cinta reflectante especial con una cámara muy básica también sirve para hacer que funcione una armadura casi completa de cartón, lo que más arriba he llamado Kit Robot.

No he podido probarlo ni verlo en persona, pero sí he entendido cómo funciona: un Joy-Con funciona como control por movimiento encajado en un casco y, el resto, depende todo de correas, poleas y cinta que el otro Joy-Con, que va dentro de una mochila, reconoce y traduce en los movimientos del videojuego en pantalla.

Si mueves un brazo, una polea con una correa mueve la cinta que va dentro de dicha mochila. Y si te agachas, otra polea mueve otra cinta y el robot del juego se convierte en un todoterreno, cual ‘transformer’.

¿Es una locura? Absolutamente. ¿Que montar todo el robot será algo titánico? Un representante de Nintendo dejó caer que se tardan más de seis horas. ¿Que habrá tantos adultos como niños queriendo jugar con él? Seguro.

El invento más raro de Nintendo

Entiendo que este es el objetivo último de Nintendo con Nintendo Labo, que Switch sea una consola más familiar e infantil además de ese dispositivo fetiche que los jugadores más avezados han abrazado con muchas ganas. Según cifras de la compañía, la consola ha vendido más de 10 millones de consolas en todo el mundo y es el producto de Nintendo que más rápidamente se ha vendido en España.

Por supuesto, habrá muchos jugadores clásicos que reciban con el ceño fruncido este nuevo producto. Nintendo ya tiene un pasado de abandonar al jugador de toda la vida en favor de nuevos públicos, como pasara con Wii. Pero, si se analiza la estrategia de la compañía, que ahora tengan una línea de accesorios que son mitad juguete, mitad parte de un videojuego no es muy diferente de que tengan amiibo (las figuras de personajes que pueden interactuar con las consolas y los juegos de Nintendo).

Queda por ver cómo van a abrir Nintendo Labo a terceros. ¿Será posible que un estudio de videojuegos indies fabrique un juego o que los jugadores se fabriquen sus propios Toy-Con? No está nada claro todavía.

Lo que sí tengo claro es que, del mismo modo que muchos fans de Nintendo dibujan a sus personajes favoritos, analizan al detalle los videojuegos en busca de guiños o referencias ocultas y que tienen grandes discusiones sobre si la cronología de la saga Zelda tiene sentido o no; Nintendo Labo no tardará en tener detrás una comunidad apasionada de gente creando y compartiendo ideas.

Te guste o no esta nueva ‘pájara’ de Nintendo, hay que apreciar que a nadie se le hubiera ocurrido hacer algo igual o que este fuera su próximo movimiento comercial. ¿Una Switch con más batería? ¿Una Game Boy Mini? ¿Un casco de realidad virtual? No: cartón para fabricar juguetes caseros.

Información de elmundo.es