¿Merecen la pena los juegos de la Super Nintendo Mini pasados todos estos años?

  • Respuesta corta: sí, la mayoría de ellos son clásicos indiscutibles que marcaron la historia de los videojuegos para siempre

Los precavidos ya habrán reservado su Super Nintendo Mini, la consola retro de Nintendo que lleva en su interior 20 de los mejores juegos de la videoconsola clásica (y uno inédito en Occidente, Star Fox 2) y la estarán recibiendo hoy. Los incautos, ¿cuál es vuestro problema? ¿No habéis aprendido nada tras el fiasco de la NES Mini, que estuvo agotada casi antes de empezar a venderse?

Huelga decir que Nintendo tiene un poco de culpa en todo esto, por aquello de no producir suficientes unidades de un producto y porque el sistema de reserva en Game, FNAC y Amazon deja mucho que desear. Por no defenestrar por completo a los japoneses, también hay que decir que, primero, esto es un producto de coleccionista y exclusivo, por lo que hay que buscarlo sí o sí.

Y segundo, todo apunta a que habrá más stock de la consola pasadas las Navidades y en mayor cantidad que con su predecesora, que casualmente volverá a fabricarse también a lo largo de 2018. Para todos aquellos, pues, que no estén muy puestos en el tema, pero quieran rememorar su infancia con esta consola, hemos venido a hablaros de los juegos que trae dentro. ¿Merecen aún la pena pasado todo este tiempo? Vamos por orden alfabético.

Contra 3: The Alien Wars

Tras dos homenajes en la NES original a las películas bélicas de tiros de los Ochenta, la tercera en discordia ya se lanzó en Super Nintendo y se aprovechaba de la potencia extra para meter más monstruos, más armas y para mejorar un poquito el manejo ortopédico de los predecesores.

Los infiernos de balas (el concepto ‘bullet hell’ es propio de los juegos de disparos para arcades y se define a sí mismo perfectamente) se exageraron mucho más y la dificultad escaló otro poquito, así que hoy en día pasárselo cuesta bastante, tanto sólo como acompañado de un amigo con el segundo mando de la consola (que esta vez viene incluido).

Así que sí merece la pena. Y la función de reset y guardado de partida de la SNES Mini se agradece, la verdad.

Donkey Kong Country

El primer juego de la saga, no importa los años que pasen, sigue siendo una absoluta maravilla y todo un ejemplo de cómo hacer un juego de plataformas en una consola de Nintendo sin parecer un Mario.

Además, lo protagoniza un mono con corbata que, no, no es el mismo mono que hace años raptaba princesas en los primeros juegos para arcades en los que aparecía Mario: es su nieto.

Vamos, que es imprescindible. Ojalá su segunda y tercera parte, ambas superiores, hubieran sido incluidas también.

EarthBound

Explicar Earthbound es complicado, pero puesto en términos actuales, es algo así como un Stranger Things antes de Stranger Things y hecho por japoneses, solo que con sus particularidades sociales, como que el padre del protagonista sólo le habla por teléfono porque trabaja mucho, en lugar de con referencias ochenteras.

Las otras referencias, podrían ser el humor de los Monty Python o el combate de los Final Fantasy, pues aunque con sus peculiaridades, es un juego de rol japonés en el que la historia pesa mucho. Y qué historia más bonita y qué personajes más bonitos.

Hay que jugarlo sí o sí.

Final Fantasy 3

Hablando de Final Fantasy. Esta entrega es considerada por muchos la mejor de todas por su historia postapocalíptica (el mundo fue destruido por la magia, un poder que ahora resurge de la mano de un malvado imperio y que amenaza a una sociedad más modernizada y mecanizada) y por su sistema de combate.

Y aunque figure aquí como la tercera parte, en realidad es la sexta: los tres primeros juegos no se lanzaron en Occidente y la numeración fue distinta a la japonesa hasta el siguiente juego, Final Fantasy VII.

Por sus gráficos, sus personajes y sus emotivos momentos, hay que probarlo por narices.

F-Zero

Es una pena que hoy en día no se explote la saga F-Zero más, porque fue una saga de juegos de carreras imprescindible. Esta es su primera parte y ha envejecido fatal en el control y los gráficos futuristas de las naves de carreras son algo decepcionantes, sobre todo porque ya no dan sensación de velocidad.

Jugarlo hoy en día es complicado y un ejercicio sólo recomendado para nostálgicos. Eso sí, si se quiere un reto de verdad, uno que hoy en día no suele existir, jugad a este o a su heredero, F-Zero X, que se lanzó en Game Cube. Eso sí es dificultad y no Dark Souls…

Kirby Super Star

Kirby siempre ha sido un personaje entre el mundo de las consolas domésticas y las portátiles. Muchos recordarán con más cariño los juegos de Game Boy, y otros seguramente sean más aficionados a los de Super Nintendo.

En este caso, se trata del primer juego en sumar alguna de las habilidades insignias de la bola de chicle rosa que tiene como protagonista y refinó mucho su control. Eso sí, es un juego de minijuegos, no una aventura completa como otros juegos, pero eso no significa que no haya que jugárselo igualmente, pues tiene un modo multijugador muy curioso.

Kirby’s Dream Course

Kirby tiene dos juegos en SNES Mini, todo un honor que sólo comparte con Mario y Star Fox. Curiosamente, tampoco es una aventura al uso dentro de la saga, pues no se juega en un plano en dos dimensiones, sino con una perspectiva en 45 grados. ¿La razón? Que en el fondo, esto es un juego de golf en el que Kirby es la bola.

No es que sea el mejor juego de Kirby ni tampoco uno de los más carismáticos, pero es original y no se ha hecho nada así con él desde este juego. Y se puede jugar con un amigo al lado para picarse a bien quién tiene mejor puntuación. Sólo por lo raro que es, hay que jugarlo.

The Legend of Zelda: A Link to the Past

A día de hoy, el Zelda favorito de muchos fans de la saga, no sólo por lo bonito que se ve pese a los años, sino porque su lógica sigue patente en los juegos actuales.

Sus mazmorras siguen siendo puzles con cierto reto y, aunque Breath of the Wild (el último Zelda por el momento) haya acabado con muchas de las convenciones que este asentó férreamente durante tantos años, da gusto volver a una aventura tan redonda, llena de secretos y que puede durar 20 horas o más tranquilamente y sin deshincharse ni un segundo.

Hay que jugarlo a la fuerza, porque está en el top tres de los juegos de esta consolita.

Mega Man X

Los Mega Man eran juegos muy difíciles, pero bonitos, de la NES que, en su salto a Super Nintendo, se actualizaron a lo bestia: su personaje dejó de ser un robot macarrónico y que saltaba poquito para ser una máquina capaz de hasta trepar por las paredes a saltos. Todo esto, con rock de fondo y molando mucho.

Pocas franquicias supieron actualizarse tan a la perfección de una plataforma a la siguiente, y Capcom supo rentabilizar la aún impresionante popularidad de Mega Man. Este juego quedará como una muestra de lo que fue el personaje antes de los tiempos oscuros, que no tardaron en llegar y que lo relegaron a ser un recuerdo de tiempos que, con SNES Mini, se pueden revivir.

Este hay que jugarlo para recordar lo grande que fue el ‘Blue Bomber’ en su día.

Secret of Mana

Secret of Mana es uno de los juegos más queridos de la saga por ser el primero y por lo particular de sus sistema de combate. En su día, que un juego de rol permitiera tanto control sobre cómo se peleaba era algo inaudito.

Si sumamos unos gráficos preciosos, una historia muy japonesa y profunda y unos personajes con los que es fácil encariñarse, tenemos el combo perfecto.

Muchos lo maldecirán por ocupar el espacio que debería haber tenido Chrono Trigger (otro juego de rol clásico y más afamado de la plataforma), pero aún así, es un juego que hay que jugar obligatoriamente una vez en la vida.

Star Fox

Star Fox se ve fatal, fatal, fatal hoy en día porque es uno de los primeros juegos en intentar llevar los gráficos en 3D a día de hoy. Esto es algo habitual en los juegos antiguos con polígonos, como también pasa en PlayStation o Nintendo 64, pero estas consolas eran algo más potentes y aguantan mejor.

Aún así, es un juego de naves y disparos llamativo que dio origen a una saga muy querida y que ha dado mucho de sí, incluso si Nintendo es incapaz de renovarla para la actualidad y todo lo que ha hecho con ella ha sido regulero. Hay que tener un gusto adquirido para él si se quiere jugar hoy, vamos, pero si quieres ver lo que era un juego 3D antaño, dale.

Star Fox 2

Super Nintendo Mini tiene 20 juegos clásicos y uno nuevo, que es Star Fox 2. Bueno, lo de nuevo es un decir: se lanzó originalmente en la consola, pero no salió de Japón. Esta será la primera vez que los europeos y americanos van a poder jugarlo de manera legal, con una traducción y todo para ayudar.

No hemos jugado los suficiente como para poder recomendarlo, pero es un juego inédito, así que sólo por eso, lo recomendamos.

Street Fighter 2 Turbo: Hyper Fighting

¿Hace falta que explique por qué aún es genial Street Fighter 2? Seguramente no, pero es un juego de peleas perfecto, equilibrado y con muchos personajes. Si eres bueno, lo disfrutarás mucho por sus intrincados combos y sus patateros ataques finales. Si eres malo, también te lo pasarás bien aporreando los mandos de la consola y, quizá, ganando al tipo que se cree muy bueno pero en el fondo no lo es. Fundamental en cualquier fiesta con gente de 30 años o más.

Super Castlevania 4

Castlevania ha cambiado mucho durante los años, pero su época de Super Nintendo, donde lucía gráficos punteros para la época y hacía gala de una acción pesada y difícil (lo contrario a Mega Man X, por ejemplo), sigue siendo añorada por muchos.

Nunca pasará de moda lo de luchar contra vampiros, zombies y otras criaturas de la oscuridad con un látigo, cruces divinas y mucha, mucha paciencia por esos enemigos que están pensados para golpearte justo cuando estás saltando por un hueco que cae al vacío.

Fundamental también, vamos.

Super Ghouls ‘n Ghosts

A juegos difíciles, eso sí, nadie gana a este. Su esencia arcade lo hace divertido hoy y esos gráficos de pixel art tan particulares y que explotan tanto lo humorístico del juego lo hacen una experiencia digna de los campeones que llevan décadas jugando.

Y sí, todos seguimos odiando que, al acabarse el juego, haya que volver a pasárselo del tirón para poder ver el final auténtico, pero oye, así eran las cosas en aquellos años: había que alargar los juegos como fuera. Sólo por esta triquiñuela que remata un juego infernal en todos sus aspectos, lo recomendamos encarecidamente.

Super Mario Kart

Vamos a soltar la bomba rápido: el primer Super Mario Kart ha envejecido fatal, se maneja pero y hoy en día está falto de personajes y de modos de juego y de esa estética brillante y compleja que tiene en sus encarnaciones más recientes.

Dicho esto, nada como una inyección de nostalgia y un reto para quienes se pasan el día haciendo derrapes en Mario Kart 8 y no pueden mantenerse dentro de la pista ni quedar los primeros en su primera parte. Con otro amigo, mejor que mejor.

Super Mario RPG: Legend of the Seven Stars

Hoy en día, hay muchos juegos de Mario con elementos de RPG y aventura, como los Paper Mario y los Mario & Luigi, pero en su momento, Super Mario RPG fue algo inesperado y raro.

No se lo entendió del todo bien en su día, pero actualmente es un título de culto por sus rarezas, su humor y porque es un juego de rol, con combates por turnos, estadísticas y se manejan a varios personajes en combate, no sólo al fontanero.

Hay que jugárselo, vamos.

Super Mario World

Si hubiera que llevarse un videojuego a una isla desierta, Super Mario World sería una de las mejores opciones. A día de hoy, sólamente Super Mario 64 puede disputarle el puesto al mejor juego del fontanero por su tamaño, por la originalidad de sus pantallas y por los retos que propone.

Quizá esta encarnación de Mario se haya quedado algo falta de movimientos y piruetas locas comparado con juegos más actuales, pero da igual: volar con esa capa amarilla y pegar barrigazos, literales, en el suelo es de las mejores cosas que se puede hacer con un mando de consola en las manos.

El mejor juego de esta consola y, por sí sólo, un motivo para tenerla en el salón para siempre.

Super Metroid

Hace no mucho hablamos del Metroid: Samus Returns, un remake que ha hecho MercurySteam, un estudio español. Pues Super Metroid es el mejor juego de la franquicia, se lanzó en la Super Nintendo y perfeccionó el género de la aventura de exploración hasta tal punto que pocos juegos actuales gustan tanto como este que ya tiene más de 20 años.

No es un juego para cualquiera, porque es muy opaco, apenas da pista de lo que hay que hacer y perderse es muy fácil, pero progresar es un gusto, ir hilando la historia es satisfactorio y conseguir nuevas habilidades te hace sentir poderoso de narices.

Nunca es mal momento para recuperar la mejor aventura de una de las mujeres más representativas de la industria del videojuego.

Super Punch-Out!!

Punch-Out es un clásico de Nintendo que hoy está más olvidado porque jugar al boxeo se ve que ya no divierte tanto. Aunque tuvo un revival en Wii, por aquello del control por movimientos, no se le espera en las nuevas consolas.

Así que la mejor forma de recordarlo es con esta segunda parte, que es exactamente igual que la primera pero con mejores gráficos, mejor control, más enemigos y sin Mike Tyson como enemigo final. Casi mejor.

Hay que jugárselo de arriba a abajo y sin que te toquen un pelo en ningún combate.

Yoshi’s Island

Esta extraña secuela de Super Mario World es una precuela, hasta cierto punto. ¿Cómo se conocieron Mario y Yoshi? Resulta que el dinosaurio vegetariano le salvó al vida como bebé, pues una bruja lo raptó a él y a su hermano Luigi cuando la cigüeña iba a llevarlos a casa de sus padres.

Esta aventura de plataformas es adorada por ser la definición de lo cuqui y porque inventa nuevas convenciones, como el culetazo o las monedas rojas, que luego han pasado a formar parte del resto de juegos de Mario. Yoshi se mueve muy diferente a como lo hace el fontanero y usa su lengua y sus huevos para derrotar enemigos y encontrar los muchos ítems ocultos que hay por el mapa.

Su banda sonora es tan impresionante como sus gráficos, hasta el punto de que cuesta creer que algo así llegar a lanzarse en una consola de 16 bits.

Información de elmundo.es