Pide permiso a su mujer para jugar y, con 64 años, se planta en la final del Mundial de Póker

El británico John Hesp era uno de tantos aficionados que no quieren morirse sin jugar un año las Series Mundiales de Póker, que se disputan cada verano en Las Vegas. El hombre, nacido hace 64 años en Bridlington, se apuntó a las WSOP para «tachar uno de los deseos» de su lista. Su mujer le dio permiso y él se ha plantado en la mesa final, que empieza este jueves, y en la que parte como segundo clasificado por número de fichas.

Puede que desde Chris Moneymaker el mundo del naipe no viviera una sorpresa tan grande, aunque ha habido otros aficionados apuntados a la fiesta, incluido el español Fernando Pons, que terminó noveno el año pasado.

Hesp ganará un millón de dólares, como mínimo. A destacar también este año la presencia del argentino Damián Salas en la final.

John Hesp es un empresario cuyo mayor premio no llegaba a las 1.000 libras, en un torneo del casino «de su pueblo», el Napoleons Casino & Restaurant de Hull, cuyo precio de inscripción era de solo diez libras. En su primera participación en Las Vegas, se ha asegurado un lugar en la historia del póker. Su estilo jovial, desenfadado, su forma de enseñar las cartas o de comentar las jugadas con sus compañeros de mesa e incluso su chaqueta le han granjeado además la simpatía de los aficionados.

Los profesionales más reputados le piden hacerse fotos. En su perfil de Twitter (@johnhespfk) se define así: «Soy al póker lo que Donald Trump a la política, un aficionado».

Fuente: abc.es