Bien acicalado y arropado con camisa de vestir, saco, pantalón de tela especial y zapatos impecables es como se presenta Ricardo Manjarrez Padilla por las mañanas como conciliador en el Instituto de Justicia Alternativa, en medio de abogados y papelería colmada de tópicos jurídicos. Pero los sábados de box todo cambia para él y su familia, su trabajo es el mismo: conciliar, pero en medio de dos personas que demuestran su poder en un pactado y deportivo intercambio de golpes.
Estas dos son actividades que Ricardo realiza habitualmente, en ambas la constancia, esfuerzo, estudio y la observación son las disciplinas que fortalecen el desempeño del conciliador de conflictos, “de mañana de cierto modo interviniendo entre personas en conflicto como mediador y en el boxeo, pasión de hace varios años como réferi”.
Desde niño Ricardo Manjarrez fue apasionado del boxeo gracias a que su padre, Humberto Manjarrez, ex boxeador y actualmente alto comisionado del estado lo llevaba consigo a las funciones del buen boxeo que se realizaban en el…le tocó ver triunfar a su padre y en otras ver como recibía los golpes duros y secos de los contrincantes, pero gracias a ello aprendió a ser referí y juez, ser un mediador de conflictos.
En su vida diaria, Ricardo se dice que su trabajo en las mañanas es muy parecido al nocturno, dejar que las personas arreglen sus problemas, sin faltas de respeto a la ley y a la reglamentación, “cuando estoy arriba del ring pienso, tengo trabajos muy similares que parten de una intermediación de mi persona para resolver una controversia, una batalla”.
Y agrega que, “no hace mucho tiempo hice estas reflexiones, en la mediación nosotros tenemos una práctica para evitar que lleguen a conflicto con faltas de respeto, sin embargo hay ocasiones que están las personas discutiendo de manera acalorada que pudiera parecer un peligro, pero si están avanzando, si no existe un falta de respeto los tenemos que dejar que se desahoguen hasta cierto punto, lo mismo pasa en el box si se están dando de manera legal hay que dejarlos que saquen todo lo que traigan”.
Sin embargo considera que es más cómodo resolver una pelea de box que un divorcio, “es más fácil resolver en el boxeo, el trabajo como mediador es intervenir entre dos personas que vienen con conflictos internos familiares o contractuales y requieren de una técnica más depurada y de más valor por parte de uno como facilitador que el de réferi” dijo entre risas.
En su ejercicio profesional en el Tribunal Superior de Justicia dice que está haciendo su mejor trabajo para lograr ser Magistrado, “el futuro está muy marcado por los mecanismos alternativos y yo como especialista considero estar creciendo profesionalmente”.
En el boxeo sus aspiraciones son paralelas al Poder Judicial, “una de mis aspiraciones es estar a los niveles de ser réferi o juez de una de las grandes peleas en Las Vegas”.
La última pelea de renombre en donde dejó un buen sabor de boca para los espectadores como réferi, fue en el encuentro entre Ramón Álvarez y Omar Chávez, en la capital del Estado, en donde vestido de camisa azul, pantalón de vestir negro y guantes de látex, salvó al “Inocente Álvarez” de caer a la lona.
