La Cámara de Diputados alienta a leer y analizar la historia a través del bagaje literario

CDMX.- En el Espacio Cultural San Lázaro se realizó el Círculo de Lectura de las Bibliotecas Legislativa y General de la Cámara de Diputados, donde se analizó el texto Pasado y presente del escritor y sociólogo argentino José Aricó (1931-1991), uno de los forjadores del marxismo latinoamericano.

Durante la tercera sesión del Círculo de Lectura, investigadores y trabajadores del recinto parlamentario conversaron sobre la aportación ideológica e histórica que contiene este texto, integrado en Nueve lecciones sobre economía y política en el marxismo, escrito en 1977 por Aricó para un curso en El Colegio de México, en su exilio en nuestro país.

María Vázquez Valdez, directora de Bibliotecas y Archivo de la Cámara de Diputados, destacó la importancia de analizar esta obra, que forma parte del acervo de consulta general, y que originalmente fue el primer número de la revista de ideología y cultura, también denominada Pasado y presente, editada en Córdoba, Argentina, en abril de 1963.

“Es un texto vigente que se puede retomar en cualquier perspectiva y tiempo, en particular en la coyuntura que vive el país, porque nos invita a reflexionar sobre situaciones y hechos sociales actuales, mediante una lucidez sorprendente”, afirmó.

Refirió la importancia de vincular el pasado para retomar los hechos más significativos que contribuyan a nutrir las decisiones del presente. Sostuvo que quien se dedica a la política tiene la posibilidad de incidir en la historia y cambiar las circunstancias.

El tiempo es una presencia fundamental y una tangente inobjetable en el texto, heredero del pensamiento marxista italiano a través de su máximo exponente, Antonio Gramsci, además inspirado en Karl Marx y Georg Lukács.

Lamentó el descrédito del marxismo como ideología, porque tiene mucho que dar en cualquier momento histórico, en virtud de que el pasado es una cadena y unidad de acontecimientos que da continuidad al presente y proyecta la transformación del futuro, al proponer el pasado como una bisagra entre los hechos.

Ismael Carvallo, asesor de la Secretaría General del Palacio Legislativo de San Lázaro, consideró que la obra plantea que “en cada presente está el pasado depurado, donde el político se convierte en historiador en la medida en que actúa sobre el presente al interpretar el pasado”.

“Es una alternativa poderosa y vigente para comprender el sistema de las contradicciones en que vivimos en una perspectiva marxista”, comentó.

“Quien se dedica a hacer política, constantemente interpreta la historia, la cual no está terminada y está en movimiento continuo, no muchos políticos se dan cuenta y es donde surge el drama, porque las generaciones no garantizan coherencia temporal-espacial en sus decisiones que definan una época, porque “las ideas erróneas se suceden unas a otras, igual que las correctas”, concluyó.