Muro no va a detener migración e introducción de drogas ilegales a Estados Unidos: Jiménez Márquez

La diputada Cristina Jiménez Márquez (PAN) consideró que un muro no va a detener la migración ni la introducción de drogas ilegales a Estados Unidos, ni tampoco controlará la entrada de armas ilegales de ese país hacia México.

Jiménez Márquez, presidenta del Grupo de Amistad México-Estados Unidos, enfatizó que la Cámara de Diputados ha sido muy clara en definir su posición pública al respecto y, además, como responsable del presupuesto de la nación, ha expresado que “no íbamos en ningún momento a autorizar una partida para la construcción de un muro”.

Durante las mesas de trabajo del segundo seminario “Visión y perspectiva de la política exterior de México”, agregó que no es sólo por una postura política, diplomática o de dignidad, sino también porque “no tenemos dinero para hacerlo”, y expresó: “No hay recursos para cosas más esenciales e importantes del país, “como para destinar a un muro en otro lugar”.

Subrayó que el muro, en términos económicos y físicos, depende de una decisión estadounidense y no de México. “Tienen toda la libertad de construir lo que quieran, pero no es productivo para ellos en términos económicos y de costo-beneficio”.

Comentó que en los estados donde Donald Trump tiene la mayoría de sus votantes y apoyos políticos, hay intercambios comerciales y una exportación muy grande hacia México; entonces, “son afectados sin que él lo comprenda de manera muy directa en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)”.

En el tema de seguridad, la legisladora afirmó que existe una interdependencia muy importante para mantener seguros a ambos países, ya que para EU la frontera es significativa no sólo en el tema de migración, sino también porque “siempre tienen temor a ataques terroristas” y requieren de la cooperación directa de México.

Aclaró que para nuestro país también es importante la seguridad, porque se tiene un verdadero problema de introducción de armas ilegales que se utilizan en la mayoría de los homicidios relacionados con el crimen organizado.

La diputada Jiménez Márquez estimó necesario abocarse en el tema de migración después del TLCAN y buscar concientizar y sensibilizar sobre las formas de deportación de mexicanos, ya que son humanos y tienen familias e hijos.

Enfatizó que las condiciones migratorias son un tema complejo y se debe trabajar en él desde la perspectiva de humanizar a quienes tienen contacto con los indocumentados, para no darles un trato de delincuentes, violadores o personas que se dedican al crimen organizado.

“Simple y sencillamente entraron al país sin documentos, buscando una condición de mejoría de su vida familiar y que, además, contribuyen de manera muy grande a la economía estadounidense”, subrayó.

Señaló que las economías fronterizas no tienen capacidad presupuestaria para integrar, a los contextos sociales, laborales y educativos, a todos los indocumentados de otras nacionalidades que son deportados por las fronteras mexicanas, ni tampoco para devolverlos a sus países de origen. Por ello, dijo, se deben acordar las formas de regresarlos con respeto a sus derechos humanos.

La consejera Maki Teramoto Sakamoto, directora general adjunta para Asuntos Políticos de la Subsecretaría para América del Norte, de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), afirmó que no hay relación más importante para México que con Estados Unidos, pero también se aplica a la inversa. “Y no es únicamente por una cuestión geográfica, sino por un asunto de cadenas productivas integradas”.

Resaltó que América del Norte es una región muy competitiva a nivel mundial y lograría aún más si existiera verdadera voluntad política de ese país, cuya cooperación es indispensable, porque es el engranaje entre nuestra nación y Canadá.

Precisó que en los últimos 30 años, México y la Unión Americana han signado cerca de 400 acuerdos y establecido mecanismos formales e informales de diálogo y colaboración. “Algunos han perdurado por su visión estratégica”.

Subrayó que los acuerdos en materia económica no se restringen sólo al TLCAN, y recordó que “somos dos Estados soberanos y las renegociaciones se deben hacer con seguridad, firmeza, respeto y confianza”.

De igual forma, consideró innegables los lazos en los rubros educativo y cultural, pero principalmente en flujo migratorio, debido a que México ahora es un país de origen, tránsito y destino.

Yoanna Shubich Green, coordinadora académica de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Anáhuac, señaló que México ha negociado el TLCAN “al son de la incertidumbre”, por lo que debe tener una posición firme y dar a conocer su política y sus intereses, así como elaborar estrategias con acciones puntuales y coordinadas en diferentes áreas y temas.

Estimó urgente que los estadounidenses entiendan que México no es responsable de todos sus males y es importante que tengan un vecino estable, próspero y que les brinde seguridad. “México ni les ha quitado empleos ni nada de lo que ha dicho Trump; más bien, ha coadyuvado en su bienestar, crecimiento y también ha dado trabajo en ciertos sectores, incluyendo el automotriz”.

Comentó que la política de seguridad mexicana está estrechamente ligada a la del vecino del norte, a través de diversos acuerdos de cooperación, intercambios de información y vínculos institucionales. “Y aunque Trump señala que lo anterior no es necesario, los aparatos de seguridad de inteligencia estadounidense saben que México es indispensable para su seguridad y depende de todos estos acuerdos”.

Sara Luna Camacho, directora general adjunta de Derechos Humanos y Democracia, de la SRE, destacó la importancia de negociar y establecer un Pacto Mundial sobre la Migración, a través de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), porque sólo con la participación de todos los Estados y gobiernos, asumiendo su responsabilidad y compromiso, se podrá atender con un enfoque humanitario que proteja los derechos fundamentales.

Explicó que ante el aumento del éxodo de personas, este año inició la negociación formal de dicho pacto, previo al trabajo de consulta y análisis en todos los sectores, realizado por los representantes de México y Suiza desde 2016. Estimó que para el verano próximo se apruebe el documento.

Resaltó la necesidad de acordar un mecanismo de seguimiento al acuerdo global migratorio, que contemple los cambios de ese flujo, sobre todo porque no es una cuestión fácil por la coyuntura mundial, debido a que algunos países como Hungría está reticente a negociar, y se desconoce cuál será la postura de Estados Unidos.

Indicó que el documento que se discute se compone de 22 objetivos a partir de identificar el fenómeno, los programas para atenderlo, la tendencia que ha seguido y los retos que se enfrentan, a fin de privilegiar el enfoque de los derechos humanos de las personas.

México, explicó, ha propuesto cinco ejes basados en considerar a la migración con una perspectiva de derechos humanos, centrada en el valor de las personas y sus aportaciones a los países donde llegan, frente a la discriminación, y que es positiva y benéfica para esas sociedades.

Afirmó que nuestro país tiene una visión de avanzada y un marco legal de vanguardia, los cuales se han adaptado a la realidad nacional, porque México se ha convertido en una nación de origen, tránsito, retorno y destino de migrantes.

Tarsicio Navarrete Montes de Oca, exembajador de México en Grecia, comentó que el Pacto Mundial sobre la Migración es un tema muy ambicioso, debido a que se encontrarán corrientes ideológicas y políticas, y una filosofía distinta de ver la vida y bloques de países que se oponen.

Expuso que al crear un nuevo modelo migratorio se tendría una mejor visión sobre lo que rodea a esta población, basándose en el concepto de los derechos humanos, es decir, “un desarrollo con enfoques”.

Señaló que la Secretaría General de Naciones Unidas manifestó que “no hay que poner muros, barreras o fobias; la migración no tiene que ser sinónimo de sufrimiento, que hay que buscarle la cuestión social”

Mencionó que con el cierre de las fronteras en la zona balcánica, por donde transitaban los migrantes, nos encontramos con el drama de que se quedan atrapados en Grecia, en Italia o en otras regiones.

El presidente de la Asociación de Bioética y Derechos Humanos, Gabriel García Colorado, sostuvo que salud y migración es un asunto de seguridad pública. “Existen problemas psicosexuales, principalmente en mujeres y niños, ya que 70 por ciento de las migrantes que transitan por México hacia el norte son violadas”, afirmó.

Destacó que en el caso de los migrantes mexicanos, muchos presentan insolación, deshidratación, infecciones cutáneas y gastrointestinales, debido a la falta de higiene, además de enfermedades psicosomáticas y psiquiátricas generadas por la falta de tranquilidad y seguridad a la que son expuestos.

“El migrante ha sufrido la pérdida de su casa y con ello de su seguridad y estabilidad, lo que les lleva a tener estos padecimientos”, abundó.