¿Alguna vez has sentido que “se te sube el muerto”? ésta es la explicación racional

Duermes tranquilamente en tu cama. De pronto, un súbito impulso te hace despertar, pero no del todo. Eres consciente de tus pensamientos y sabes que ya no estás dormido, pero tu cuerpo no responde. Para recuperar la movilidad tienes que hacer un esfuerzo casi sobrehumano. “Se te sube el muerto”, dicen.

¿Te suena familiar?

Este fenómeno, en realidad, tiene un nombre muy puntual: parálisis del sueño. Es un trastorno que incapacita al cuerpo para moverse a voluntad, y sucede durante la transición entre el sueño y la vigilia. Puede suceder al comienzo del sueño o al despertar.

Es una sensación angustiante: el tiempo se vuelve eterno y por momentos parece que nunca cobrarás la suficiente fuerza para mover un sólo dedo.

Hay personas que tienen experiencias incluso más intensas; sienten una fuerte opresión en el pecho, como si alguien se sentara sobre ellos. Y hay quienes incluso llegan a observar la silueta de alguien más junto a su cama. Es como estar atrapado dentro del propio cuerpo.

Muchas veces se ha preguntado la razón de esta parasomnia y la explicación científica sigue siendo la misma: la parálisis del sueño es producto de la desincronización del cuerpo y el cerebro durante la fase de sueño profundo. Ésta última es también conocida como la fase de Movimientos Oculares Rápidos (MOR o REM por sus siglas en inglés).

El cerebro inmoviliza la mayor parte del cuerpo durante este periodo, para evitar que el individuo haga las mismas acciones que realiza de forma imaginaria durante un sueño.

Esta inhibición impide, por ejemplo, que salgamos corriendo a gran velocidad, si es que estamos soñando que nos persiguen. Es una función vital del cuerpo que evita que nos hagamos daño mientras dormimos.

La parálisis del sueño deviene como un trastorno provocado por altos niveles de estrés y cansancio. Quien lo padece va a la cama en un estado innatural de angustia, lo que hace que mente y cuerpo sigan estando alertas ante un problema o una amenaza.

Los sueños se fragmentan y el descanso no es constante, sino irregular. Esto provoca que el individuo entre y salga de la fase profunda de sueño demasiado rápido. El resultado es la temida parálisis del sueño.

Este trastorno es sorprendentemente común. Según la Clasificación Internacional de los Trastornos del Sueño, se especula que la mayoría de la gente experimenta este tipo de parálisis por lo menos una vez en la vida.

En algunos casos se presentan alucinaciones auditivas y visuales, que sugieren la presencia de alguien más. Hay quienes le atribuyen a esto un cariz paranormal y hasta demoniaco. No obstante, es algo que se puede remediar por cuenta propia con las medidas pertinentes.

Para evitarlo, se recomienda descansar relajado, sin preocupaciones. Si sucede, no hay que perder la calma, pues la parálisis del sueño no representa ningún riesgo para la salud.

Para vencer la parálisis es muy útil intentar mover primero un dedo o una sola extremidad, para sí poder recuperar el dominio sobre el resto del cuerpo.

Luego de esto, es también conveniente levantarse unos minutos de la cama y no intentar dormir de nuevo inmediatamente, pues es probable que vuelva a ocurrir otro episodio de parálisis.

En casos más extremos, el médico puede llegar a recomendar la utilización de antidepresivos, aunque no es recomendable en aquellos que sólo lo experimentan de vez en cuando.