Diputados buscan tipificar el acoso callejero como delito

El proyecto ya fue aprobado en San Lázaro por 303 votos y se turnó al Senado

Por unanimidad, la Cámara de Diputados aprobó calificar el acoso callejero como acoso sexual y que así se especifique en la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

El dictamen que será enviado al Senado para su análisis, describe que el acoso expresivo, verbal, físico, las persecuciones y el exhibicionismo también serán considerados como formas de acoso sexual.

Al mismo tiempo se redefinió la figura de acoso sexual como “cualquier conducta que comete una persona en contra de otra mediante el ejercicio abusivo del poder, acoso u hostigamiento con el fin de incordiarla sexualmente, así como aquellas conductas con una connotación sexual que no son consentidas por quien las recibe y que pueden conllevar a un estado de riesgo o indefensión para la víctima”.

La diputada priista Laura Plascencia Pacheco, alertó que en México 7 de cada 10 mujeres son víctimas de violencia, incluso el 40 por ciento sufre violencia sexual.

Explicó que las reformas dejan claro de qué forma se configura el acoso y el hostigamiento, pues cada minuto una mujer, incluso niña, es violada y la mayoría de los casos quedan impunes.

Por su parte, la autora de la iniciativa, Candelaria Ochoa, de Movimiento Ciudadano, aseguró que “la normalización del acoso en nuestra cultura ha provocado que las personas no sean conscientes de que es un problema ampliamente difundido y que se den explicaciones socialmente válidas que lo perpetúen”.

Se hizo un agregado al artículo 13 del ordenamiento que establece que el Estado mexicano debe garantizar a las mujeres la erradicación del acoso en la comunidad a través de programas para modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres.

Los legisladores consideran que se deben diseñar programas educativos en todos los niveles educativos que contrarresten prejuicios, costumbres y prácticas cuya premisa sea la inferioridad o superioridad de cualquiera de los géneros o los papeles estereotipados para el hombre y la mujer que legitiman o exacerban la violencia contra las féminas.

De la misma forma, urgen implementar un sistema de denuncia efectiva contra el acoso, facilitando los protocolos correspondientes, y capacitando a los servidores públicos para no menospreciar las manifestaciones de acoso y evitar victimizar doblemente a las denunciantes.

Nos preguntamos ¿qué va pasar con todos esos individuos que hacen de esta práctica su pan de cada día: engrosarán los ingresos por multas o saturarán (aún más) las cárceles?