Postura seria y prudente de México, hace posible una renegociación “aceptable” del Tlcan: Dávila Flores

Existe una buena posibilidad de tener una renegociación aceptable del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en la que se respete la postura de nuestro país de “no avanzar hacia un acuerdo perjudicial para los intereses de los mexicanos”, afirmó el presidente de la Comisión de Economía, Jorge Enrique Dávila Flores (PRI).

“La postura mexicana ha sido seria, prudente y bien acompañada del sector privado, y se está formando un bloque muy sólido”, subrayó el legislador durante una reunión con Isidro Morales, especialista en la relación México-Estados Unidos, para conocer su opinión sobre el proceso de renegociación del acuerdo comercial.

“El principal problema de Estados Unidos está adentro, y la postura de negociación del presidente Donald Trump, en la medida que avanza el tiempo, se va debilitando”, consideró Dávila Flores.

Explicó que ha habido un fuerte pronunciamiento de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, que agrupa a más de 365 organizaciones empresariales, en el que se advirtió al mandatario tener “cuidado de que te salgas del acuerdo”.

Además, se creó una asociación de fabricantes automotrices, que también le previno respecto a la propuesta de elevar del 62.5 al 80 por ciento las “reglas de origen”, porque afecta a muchos ciudadanos estadounidenses.

El diputado Vidal Llerenas Morales, de Morena, consideró que no hay modo de que el TLCAN sea mejor, “esto de modernizarlo es un eufemismo. Las mejoras pueden venir en algún tema obvio, pero fundamentalmente no será superior ni se modernizará, porque se enfrenta a la realidad de un país con un líder que tiene una posición racista y culturalmente contraria a México”.

Juan Alberto Blanco Zaldívar, diputado del PAN, llamó la atención sobre temas que se han quedado al margen del TLCAN, como el comercio electrónico y el asunto laboral, entre otros, que son una necesidad apremiante y que no puede quedarse fuera.

En su exposición, Isidro Morales indicó que la renegociación del TLCAN no es sólo contractual, “es la revisión de toda la relación con Estados Unidos, es el marco bajo el cual México construyó una relación con el vecino país del norte desde 1994. Eso es lo que está en juego”.

En su conferencia “La Situación actual del proceso de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte”, señaló que ante las condiciones de renegociación de Donald Trump, que quiere modificar la relación y “desnivelar la cancha a su favor”, México no ha podido tomar una actitud ofensiva en la renegociación porque su posición es débil “y no ha tenido margen de maniobra”

“Los parámetros de negociación en los que México está entrampado, son: o pactamos un mal acuerdo, porque no será mejor que el TLCAN actual –debido a la posición de Trump, y habría que ver cuál es el piso mínimo que México aceptaría para que no sea tan malo— o de plano se termina”.

Sin embargo, el costo para la coalición política y empresarial en este momento puede ser alto, pues “estamos en un periodo electoral y su ruptura se puede politizar”.

En el caso de Estados Unidos, consideró, si hubiera querido, lo hubiera terminado; es el que más amenaza y todo el tiempo está diciendo que no le gusta, pero “para él también es costoso”.

“El mal acuerdo será peor en la medida en que a Estados Unidos le fuera menos costoso salir; mientras sea más costoso, el acuerdo puede equilibrarse y no ser tan malo para nuestro país”.

Aunque hay presiones del gobierno estadounidense, subrayó, “se tiene claro que la posición mexicana no es tan débil como pensábamos, porque el enemigo de Trump en la renegociación está en Estados Unidos; por eso hay que utilizar lo elevado de sus costos políticos, económicos y comerciales si abandona el tratado, para que no castigue a México”.

Opinó que la postura del gobierno del vecino país frente a esta revisión del tratado obedece a circunstancias políticas, “donde lo técnico es importante pero en última instancia entrará el cálculo de política interna”.

Su salida del TLCAN tendrá un impacto interno en la Unión Americana, porque hay una coalición “pro-NAFTA” en la que empresas automotrices y transnacionales, e incluso estados de aquella nación que votaron por él, tienen fuertes cadenas de valor, exportan a México y sus intereses económicos están aquí.

En la parte legislativa el mandatario estadounidense está facultado para terminar el acuerdo, pero el Congreso puede decidir si revoca o no la legislación secundaria al respecto, “y entraría en una zona gris que puede elevar el costo de la salida”.

A juicio de Isidro Morales, otro pilar en estas pláticas es la seguridad. El TLCAN quedó inmerso en la política de seguridad de Estados Unidos en 2001, cuando el ataque a las Torres Gemelas obligó, entre otras cosas, a redefinir la política de seguridad con México en materia de lucha contra el narcotráfico. “Hay presión para que el país se militarice más y adopte un “brazo mucho más muscular” con ayuda norteamericana”.

“La pregunta es si México está dispuesto a aceptarlo y tener una política mucho más pro-militar con apoyo norteamericano para enfrentar sus problemas en la frontera sur y su lucha contra el narcotráfico”.