Pepenadores y empleados del relleno sanitario, al pie del cañón

Pese a las inclemencias climatológicas sucedidas en chihuahua durante los últimos días, los trabajadores del relleno sanitario no han parado sus labores aún bajo la constante lluvia y calor.

Llegamos tras un recorrido considerablemente largo hasta este punto de la ciudad, bajo el calor sofocante que se ha provocado por las lluvias y las temperaturas altas, finalmente nuestro destino ante nosotros, el relleno sanitario municipal:

Durante nuestra visita, pudimos constatar la dedicación que estas personas imprimen a su labor, y pese a las lluvias, granizo, calor extremo, estos trabajadores «invisibles» realizan su trabajo constante y sin pausas.

Las miles de toneladas de basura que son acarreadas año tras año desde la capital hasta este punto muerto de la ciudad, dan también comida y trabajo a las familias.

Nos comentaba uno de los empleados del relleno, que durante el incendio acontecido el año pasado en este lugar, las obras de recolección no pararon, es decir; esta gente realizaba sus labores como cada día cubiertos de humo y calor, mientras en la ciudad, la nube toxica que cubrió el horizonte ocasionaba molestias a los habitantes debido al aroma que de allí emanaba, es difícil imaginar lo que estos hombres del relleno sanitario sintieron y debieron pasar.

Esta vez, durante diez días, la capital del estado ha recibido en sus áridas tierras el llanto de Tlaloc, provocando accidentes, encharcamientos e incluso derrumbes y estragos en las calles, pero aquí, en el relleno sanitario, el tiempo parece inamovible e inmutable; esta gente labora bajo el azote de fuertes vientos, inviernos crudos, granizadas intensas y candentes rayos del sol; se quejan, sí, a veces, pero no se detienen.

Los hombres y mujeres que aquí laboran, llevan el pan a sus hogares luego de incontables horas bajo el yugo del agotamiento, para demostrar día con día, que aún en el panorama más oscuro, podemos encontrar una buena noticia.